La moraleja de esta fábula es simple; cada persona tiene unas cualidades que debe saber aprovechar y debe saber vivir con ella. La persona que intenta hacer o abarcar más de lo que sabe o más de lo que domina, más rápido encontrará la desgracia.
LA TORTUGA Y EL ÁGUILA
Era una tortuga que estaba tranquilamente tomando el sol junto a una piedra, empezó a pensar y renegar de la vida que le había tocado vivir. Decía que jamás volaría y que nadie le había querido enseñar a volar.
De pronto un aguila que pasaba al lado de la tortuga, la oyó y le preguntó que si ella la llevara por los aires, con que le pagaría. Entonces la tortuga le dijo que le daría todas las riquezas el océano Atlántico. El águila aceptó y la agarró por una pata y echó a volar. Cuando llevaban un rato volando y se encontraban en lo más alto, el águila la soltó y la tortuga se precipitó sobre una montaña de piedras afiladas. La tortuga al caer se destrozó el caparazón. La tortuga moribunda, empezó a decir entre lamentos, que ella no estaba echa para volar por los aires, cuando difícilmente se puede mover con rapidez por la tierra.
aquicabetodolomio.blogspot.com
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